La risa del ángel no es risa de campanas,
suena como un violín desafinado.
la risa del ángel es otro disfraz;
el disfraz de un llanto disimulado muy lejos,
quizás muy alto, en algún rincón del cielo
del tiempo.
El rincón donde ponen a los ángeles en penitencia.
Los ojos del ángel están húmedos,
velados; sus dedos amarillentos de
nicotina y uñas sucias debajo del barniz
escarlata descascarado se curvan
alrededor del vaso de whisky. Los chicos
no pueden tomar whisky, los ángeles sí, parece.
Eduardo Gudiño Kieffer
miércoles, 13 de agosto de 2008
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