domingo, 23 de marzo de 2008

Domingo al atardecer


Melancólico y definitivo.
Se abre una nueva semana de posibles descubrimientos,
se cierran los placeres del ocio y del arrobamiento.

Momento inquietante.
Balance insolente.
El cuerpo se niega, la mente se adormece,
el alma descansa, incómoda y sombría.

Mañana, una oportunidad.




4 comentarios:

Abril Lech dijo...

Hoy que es feriado, ¿no cuenta como domingo? El fin de este lunes luego de una semana tan larga va a ser terrible...

Grace dijo...

Intentaré pasarlo por alto, haciendo algo.

Anónimo dijo...

Los domingos a la tarde no me hacen tanto daño como los lunes a la mañana...pero recuerdo que cuando iba al colegio sí se me hacía un revoltijo en la panza.

Grace dijo...

Cuando los chicos estaban en primaria, los domingos hacíamos picada con películas para que no fuera tan feo... Ahora me lo reclaman, para que haga lo mismo...