miércoles, 5 de marzo de 2008

Siniestro y mío

Cuando la autodestrucción toma una fuerza endemoniada,

incontrolable.

El saber dice que no y el descontrol dice que sí,

sin juicio ni prejuicio.


Al pedir socorro no encuentro a nadie, por ningún lado. Ni a mi misma.

3 comentarios:

Abril Lech dijo...

Cuando paradójicamente el único socorro válido y perdurable es el propio. Juicio & Prejuicio sobran frente al descontrol, en sí mismo apenas encierra una causa que le dió origen. Hacia ella debe el juicio dirigirse, mientras el descontrol se apropia de la posibilidad de decir loq ue uno ha intentado silenciar. Inútilmente.

A. M. Vermon dijo...

Mi Maestro Chen decía que el ser humano es como que tira un ladrillo para arriba y después se sorprende cuando le pega en la cabeza.

Grace dijo...

No tengo demasiadas palabras.