La vida me enseñó que no vale la pena hacerse problema por cosas que todavía no ocurrieron.
Antes tenía una "carga" por algo que podía llegar a pasar durante días, hasta meses.
Recuerdo una vez, cuando trabajaba en el Estudio, iba a venir un inspector de la Obra Social (en esa época trabajaba en Recursos Humanos), pasé noches sin dormir pensando que revisarían mi trabajo, encontrarían errores y yo quedaría en evidencia. Por supuesto, el día llegó, el inspector revisó los papeles, sólo había una diferencia de centavos. La pagamos y se terminó. Me sentí tan tonta por haber estado todo ese tiempo sin dormir.
Ahora, cada vez, que algo similar me acontece, recuerdo la anécdota del inspector, sonrío y pienso que no debo preocuparme.
No estoy hablando de negligencia ni desidia, sólo dar tiempo al tiempo. Sin nervios, sin diálogos internos, sin especulaciones.
Y menos durante la noche, esa hora donde todo se magnifica, toma formas endemoníacas y nada parece tener solución.
Hay que esperar con pensamiento positivo y con la certeza de que va a salir de la mejor manera posible para nosotros.
El pensamiento positvo atrae cosas buenas.
Somos imánes, lo que pensamos es lo que atraemos.
También tengo presente que las crisis son oportunidades. Y trato de vivirla como tal.
Durante el día hago el recuento de hechos positivos y los negativos intento cambiarlos. El no por el si. Lo feo por lo lindo. Lo malo por lo bueno.
Todas las mañanas agradezco al universo y le pido que me mande nuevas señales.
No soy diferente. Soy una mujer que pasó mucho tiempo de su vida aprendiendo.
Desde el analista hasta el yoga. Desde las lecturas de distintos gurúes hasta la religión.
De todo fui sacando cosas, de todo fui practicando, de t odo me fui fortaleciendo.
Hoy puedo invitarlos a que intenten realizar un camino similar, no es un consejo, me gusta compartir lo que me sirve, capaz a ustedes le sucede lo mismo.
Estoy en una etapa de transformación y supongo que eso se va a notar, de ahora en mas, en el blog.
miércoles, 12 de marzo de 2008
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3 comentarios:
La ley de la tracción, siempre tan poderosa.
Crecer no es fácil, yo de los 12 a los 16 años pegué un estirón bárbaro, me acuerdo como sufría tener que viajar parado en el 98 de Bernal a Barracas y de Barracas a Bernal, para ir al comercial Joaquín V. Gonzalez, mas los cambios hormonales.
Yo no soy aficionado al cambio, la vida es la que me golpea, será que tengo un poquito de canceriano???
No a todos nos gusta cambiar. A mi me encanta. Pero me doy cuenta de que me está costando encontrar un lugar. Es una crisis y como tal una oportunidad. La paciencia me va a llevar al camino. Y la escritura me va a ayudar a trazarlo.
La ley de atracción es fuerte!
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