Viernes a la tarde, Costanera sur. Sabíamos que nada era real. Nos percibíamos distintos.
Fumamos porros, nos abrazamos y, por primera vez, sentí la inmensidad del deseo. Tan genuino como condenado.
Me abrazaste con tanta fuerza que entendí el secreto mejor escondido. Existe el más allá pero está acá nomás.
Sublime incoherente y suicida.
Flotaba en una borrosa ilusión aniquilada.
Disparatada aventura bohemia. Químicamente impecable.
Una historia fuera de lo convencional. Sin lugar. Para nosotros no hay espacio.
Fumamos porros, nos abrazamos y, por primera vez, sentí la inmensidad del deseo. Tan genuino como condenado.
Me abrazaste con tanta fuerza que entendí el secreto mejor escondido. Existe el más allá pero está acá nomás.
Sublime incoherente y suicida.
Flotaba en una borrosa ilusión aniquilada.
Disparatada aventura bohemia. Químicamente impecable.
Una historia fuera de lo convencional. Sin lugar. Para nosotros no hay espacio.
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