Estoy tomando un trago, las 20 hs. 17 minutos, el sol sigue asomando.
El calor se siente y Buenos Aires late, con el latido lento de los que retornan.
La ansiedad por el año laboral que comienza, por las ganas de concretar cosas nuevas, por querer saber qué va a pasar y la lentitud de un atardecer tardío del verano, de un cuerpo que tiene ganas de hacer fiaca, de una mente que se quiere dejar llevar por la libertad de ir para cualquier parte; no son compatibles.
Sin embargo todo eso está hoy en mí.
Mezcla de energizante con tilo.
Leí varios blogs, las noticias en los diarios, intenté escribir, trabajé, almorcé con una amiga, estuve en una reunión corta pero intensa y ahora entre la decisión de la noche de esconder al día, me encuentro conmigo con toda la intención de proyectar el año. Por primera vez me resulta imposible.
Una buena decisión (mejor dicho la única) es tomarme una pausa, mirar el cielo como cambia de colores, terminar el trago y confiar que el universo va a ordenar mis pensamientos por mí. Y si no lo hace, otro día, seguramente, tenga las ideas mas claras.
Y si no lo logro me tomaré otro trago.
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2 comentarios:
¿Otro trago?
¿Hasta ponerte en pedo?
:-)
¿Y qué sucedió finalmente?
Con uno fue suficiente.
Era fuerte y me fui a dormir. :-)
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